Hoy, la Corte Suprema de los Estados Unidos dictaminó–¡unánimemente!–que la policía no puede buscar el teléfono celular de una persona sin una orden de registro.
El caso fue Riley v. California. David Riley fue detenido en San Diego por tener un registro vencido en su auto. La policía encontró armas cargadas en su auto y luego examinó su teléfono inteligente.
El teléfono proporcionó evidencia que vinculaba a Riley con una pandilla callejera y un tiroteo. Basado en esta evidencia, fue condenado por intento de asesinato y sentenciado a 15 años a cadena perpetua.
La ley actual de procedimiento policial dice que, una vez que una persona es arrestada, la policía tiene derecho a buscar cualquier objeto que lleven con ellos, incluyendo en su auto.
Pero, al revocar la condena de Riley, la Corte Suprema está diciendo que los teléfonos celulares son fundamentalmente diferentes de la mayoría de las cosas que la gente suele llevar consigo. Los teléfonos inteligentes contienen “un registro digital de casi todos los aspectos de [la vida de las personas]”, según la Corte, y no sería justo permitir que la policía husme tan profundamente en la vida de alguien sin obtener una orden de registro.
Esta es una gran decisión para cualquiera que se preocupe por los derechos de privacidad y los derechos de los acusados penales.